Identidad (2017)
Con el objetivo de encontrar una relación o constante entre los distintos estados de mi personalidad, busqué registrarlos y cuantificarlos en el intento de ubicarlos dentro de un cuadrante de dos ejes: positivo-negativo y consciente-inconsciente.
Trabajé con una bitácora en la que cada vez que sentía que alguno de mis estados se estaba manifestando, buscaba la manera de plasmarlo en ella (dibujo, gráfico, collage…). Luego, analicé cada uno de estos y los ubiqué bajo un criterio subjetivo en el cuadrante. De esta manera, pude observar que estos cambios tenían relación: era más común un estado negativo después de uno positivo y eran más los negativos inconscientes que los negativos conscientes.
Pude graficar los diferentes estados de manera visual, en donde se manifestaba constantemente un aspecto racional y matemático. Por ello, decidí despegarme de estos parámetros y traducir los gráficos en objetos escultóricos de una manera más orgánica e instintiva.
El resultado fue una estructura central de cobre -como representación de mi centro-, la cual fui interviniendo con alambres durante los cuatro meses del semestre. Despojada del control de los estados que me exigía la bitácora, la estructura fue tomando el espacio. Así, este proyecto muestra la imposibilidad de traducir y/o cuantificar estados de la subjetividad en un lenguaje matemático.